Pasando el invierno en casa

Aunque llevo mucho tiempo sin escribir, la mayoría de mi gente sabe qué es de mí. He vuelto a Barcelona para pasar el invierno. Intentaré resumir qué ha pasado desde que me fui de Atenas, y por qué he decidido volver.

Después de pasar las navidades y el fin de año en Atenas (de nuevo, mil gracias a Stelios y su familia por esas fantásticas semanas) emprendí de nuevo el viaje el lunes 11 de enero. Pero la vuelta a la ruta me duró poco, de hecho sólo un día.

Estaba intentando salir de Atenas en dirección Thessaloniki cuando una moto se paró delante de mí mientras hacía gestos para que me parase. No tenía ni idea de qué quería, hasta que empezamos a hablar y me explicó que él también había hecho varios viajes en bicicleta y se interesó por mi historia. Después de una interesante charla parados en mitad de la calle, me preguntó hacia dónde iba, al comentarle mi intención de ir a Thessaloniki me recomendó que fuese por la isla Évia (o Eubea), él había hecho alguna vez esa ruta. No tenía prácticamente una ruta pensada para llegar a Thessaloniki, así que no me lo pensé dos veces y le hice caso.

Llegué a Ag. Marina, de donde salía el ferry  para llegar a Évia. Estaba anocheciendo, encontré un buen lugar donde poner la tienda así que decidí pasar la noche allí y coger el ferry al día siguiente (además no sabía si pasarían más, aunque después desde donde estaba lo vi venir, tenía vistas privilegiadas :P). Al día siguiente me levanté un poco tarde, mientras desayunaba vi venir el ferry, pensé que no me daría tiempo de recogerlo todo y bajar hasta el puerto, así que lo di por perdido y esperé al siguiente. Lo recojo todo y cuando lo veo venir de lejos de nuevo empiezo a salir. Mientras bajaba me di cuenta de que había perdido el cuentakilómetros, tuve que dar media vuelta y buscarlo, pensando que volvería a perder el ferry. Al final llegué, pero justito.

Mientras navegaba en el ferry con unas vistas impresionantes, un chico me habló en griego pensando que yo era de allí. Le dije que no hablaba griego (con mi pésimo inglés) y me preguntó qué idiomas hablo, después de responderle que hablo español, catalán y un poco inglés, me empezó a hablar en catalán, yo no salía de mi asombro. Él es Erik, un estadounidense que vivió en Barcelona unos años, y que me explicó que iba a la isla para pasar una temporada en una casa a cambio de cuidarla.

Cuando llegamos al puerto me propuso que fuese con él a la casa, como no tenía muchos planes acepté la propuesta. Vinieron a recogernos Alex y Tim y nos llevaron a la casa (después de subir la bici y los trastos al coche, apenas cabíamos).

La casa es una pasada, está perdida al otro lado de la isla, pero es impresionante. Allí conocí a Louise (la esposa de Tim) y a otros amigos que fueron viniendo a la casa, a todos ellos les mando un fuerte abrazo.

Después de todas esas coincidencias que me hicieron conocer a Erik y terminar en esa casa, decidí pasar unos días allí, ayudando a lo que hiciese falta. Aproveché para investigar sobre los siguientes países por los que planeaba que me llevase mi ruta: Turquía e Irán. Vi que en Turquía me iba a esperar un duro invierno, por el centro mucho frío, cerca del Mar Negro menos frío pero mucha lluvia. Entonces vi que tenía la oportunidad de pasar el invierno en esa casa (sí, soy un cagado), y entonces llegué a la conclusión de que puestos a pasar el invierno, lo podía hacer en mi casa, principalmente porque echaba mucho de menos a Fio y a mi familia y amigos. Tenía ganas de verlos y mis padres sobre todo necesitaban verme (a Fio al menos la había visto en Atenas). Por esa y otras razones (algunos pensarán que principalmente para ver Star Wars :P), decidí volver a casa.

Cogí vuelo de ida y vuelta y dejé la bici y casi todas mis cosas en la casa. No le dije nada a nadie, quería que fuese una sorpresa. Para llegar desde la isla a mi casa tuve que coger el coche (gracias a Erik por llevarme al puerto), el ferry, el autobús, el metro, el avión, otro autobús, el tren y otro coche, vamos, todo un día de viaje, pero sin duda alguna mereció la pena.

El 10 de marzo vuelvo a Grecia con mi bici, una parte de mí la echa mucho de menos.

Quiero agradecer a Erik y a todos sus amigos por darme la oportunidad de conocerles y pasar en esa casa de ensueño unas semanas fantásticas.

Erik y un servidor

¡Un abrazo a todos!