El último post lo escribí hace casi tres semanas en Albania. Al siguiente día de publicarlo Manue y Max cogieron su camino hacia Thessaloniki, Clément y yo continuamos más o menos cerca de la costa en dirección a Egio.
El tercer día de la ruta junto a Clément fue duro, muy duro. Aunque íbamos cerca de la costa, nos tocaba subir entre el parque nacional Llogara y el monte Çika y, aunque suena muy simpático lo de «montesica» (y uno de sus picos más altos se llama Maja, sí, muy maja ella), resultó ser la subida más difícil que me he encontrado hasta ahora. Subimos hasta 1.050 metros de altura, pero el problema era la verticalidad de la subida, en la que buena parte tuve que ir haciendo eses (mi bicicleta no tiene desarrollos demasiado cortos, y el exceso de peso no ayuda), y más de una vez tuve que bajarme y empujar. Casi al final de la subida nos encontramos con Eva, una cicloturista polaca que ya habíamos conocido en Albania. La bajada, eso sí, fue increíble, me encanta (y a quién no) hacer curvas en bajada con unas vistas tan impresionantes como las que había.
Después de esa montaña llegamos a Himarë, donde Nashos, el dueño de un camping en la playa, nos ofreció una parcela del mismo de forma totalmente gratuita (ducha caliente incluida), y no solo eso, nos hizo de comer varias veces y nos regaló un litro y medio de aceite de oliva a cada uno, de su propia cosecha (le echamos una mano con la recolección de aceitunas). ¡Muchísimas gracias por todo Nashos! Pasamos unos días muy buenos en Himarë.
Más tarde decidimos coger transporte para evitar más montañas que venían de camino a Grecia, no teníamos mucho tiempo y estábamos cansados (sí sí, lo sé, es trampa :P). Llegamos a Sarandë, aún en Albania, era tarde y no encontramos un lugar seguro donde dormir sin pagar, así que finalmente dormimos en un hotel (sólo por 5€ cada uno). Al día siguiente cogimos un ferryboat a Corfu, una de las islas griegas. Lo poco que vimos de Corfu me encantó. Allí pasamos una noche, dormimos en un gimnasio con una piscina equipada para entrenar con remo (uno de los sitios más raros en los que he dormido hasta ahora), muchas gracias a la gente del club náutico NAOK por su gran ayuda y simpatía.
Al día siguiente cogimos otro ferry hacia Igoumenitsa, donde cogimos un autobús que nos llevó a Rio. Desde allí continuamos pedaleando hacia Egio, donde nos esperaban Spyros y Valeria, ¡muchísimas gracias a los dos por todo! Pasé unos días fantásticos allí. Clément pasará el invierno ahí, así que continué solo hacia Atenas. Tenía unos 180 km para llegar, finalmente lo hice en dos días (eso de saber que tienes una ducha y una cama al final del camino da fuerzas). El primer día hice unos 60 km y un amigo perruno que me hizo compañía toda la noche. El segundo día batí mi récord personal en un día, 119 km, con tal de llegar a Atenas sin tener que pasar otra noche fuera (tenía pinta de llover y mi tienda está rota).
Estas semanas tendré tiempo para subir todas las fotos que no he subido hasta ahora (que son casi todas) y para publicar algún post más hablando de, por ejemplo, los motivos por los que emprendí este viaje.
¡Muchísimas gracias por leerme! Vuestro apoyo significa mucho para mí. Mil gracias a Stelios y a su encantadora familia, que me están acogiendo en Atenas. Agradecer también a Demir lo bien que se portó con nosotros en Dukat i Ri el día anterior de la subida a Llogara, y a toda esa gente que siempre me encuentro por el camino y que aporta mucho a este viaje.
Feliz cumple Máx y felices fiestas también!
Muchas gracias Patrick! Felices fiestas y un abrazo!